Comienza a dibujarse la montaña en su superficie y sus detalles. Más tarde, se dibujan las manos del deportista y el manubrio de la bicicleta, mientras que ésta comienza a andar. Hay saltos y curvas. Luego, la superficie de la montaña se va convirtiendo en la superficie de la piel de una de las dos personas que protagonizan la escena de amor (en un primerísimo primer plano) y la bicicleta cabalga sobre esa piel hasta que se pierde y sólo queda la pareja, ya desde más lejos (abarcando las siluetas de sus cuerpos). Luego se jugará con esa silueta y el fondo, dándoles colores neón y negro al fondo y a la silueta.